martes, 15 de noviembre de 2011

In Vino Veritas: Carta abierta a un hermano

















"El vino es el río más largo de la vida”

Para Jaime:

A la lumbre del vino y de la noche, al acorde del saxo desgarrado, al recuerdo de tu abrazo y de tu risa de esta tarde, de nuestra complicidad…., de nuestra inteligencia y nuestro afecto… a la sombra del recuerdo ….. del recuerdo de tu contacto cálido de hoy, de tu brazo en mis hombros y el mío en tu cintura, del orgullo de lucirte por la calle pegado a mi alma, al amparo de la comprensión y la afininidad… bajo todos estos influjos renuevo mi amor por ti, mi amor de hermana, de amiga, impregnada de botánico, de Retiro, de arte en el Museo del Prado, de proyectos, de ilusiones, de retos ganados a pulso, sangrando en una lucha solitaria y desmedida, David contra Goliat! En una apuesta de futuro y crecimiento no exenta de riesgo y de miedo… pero perfumada de la rebeldía y la fuerza de siempre, contra los elementos, contra el aire, contra el cielo, y con ellos a la vez… contagiada de no sé qué mágica energía o poder que nunca me abandona , que me inquieta como droga en la sangre, que me da toda la felicidad y todo el sufrimiento del mundo… una guerra de galaxias constante desde que nací, que a la vez me da alas y me sume en el infierno, en viaje inagotable entre el disfrute y el dolor, entre los colores y la oscuridad, entre el fuego y el hielo, entre el bosque y el desierto, recorriendo la existencia como expedición o aventura llena de avatares, de alegrías y tristezas, sin zonas opacas… sin mediocridad, sin ruindad ni gama de grises…., sin tibieza , solo intensidad…. Así nací, con 7 meses sólo dentro de mi madre y con un kilo y medio de peso… bebé normalmente inviable o de incubadora que lejos de ello se instaló gritando en su cuna, protestando ya contra el hecho de nacer!! Rebelándose ya contra la normalidad tan aburrida y mezquina, decidida a bregar contra viento y marea sin aceptar convenciones o hipocresías, incapaz de callar para evitar más desencuentros de los que ofenden, sin tibieza… con la voz alta y clara ante lo injusto, sin medir cobardemente las consecuencias, con la verdad en megafonía! Aunque ello se traduzca en soledad e incomprensión (que no en victimismo, como gusta superfluamente en llamarse), antes ésto que bajar la cabeza, más vale morir de pie que vivir arrodillado, ¿no? Qué belleza de acordes de swing ponen música a esta misiva, a esta cascada de palabras que se derrama llena de sentimiento por ti y para ti, hermano querido, que más da la media sangre compartida si se comparte el resto del torrente esencial que corre por las venas en pensamiento y empatía, pleno y más rico por elegido. La familia viene impuesta, la amistad se elige, ésa es la que vale y con el tiempo... Llegará el reconocimiento… la verdad sólo tiene un camino y acaba por brillar, sólo perdura la esencia sana, lo demás tiene fecha de caducidad… Bueno, si no existiera el bello Duero tampoco su ribera…, es decir , al fin y al cabo, la madre naturaleza, la tierra, la lluvia y el sol, las vides en este caso, son quienes inspiran nuestro alma y en consecuencia estas letras y, por tanto, no escribo yo sino el Universo a través mío, sin él nadie escribiría , ni esta madrugada dictaría esta misiva impregnada de vida y cariño para ti. Así pues, los planetas me inducen, la luna me influye, las mareas me obligan, la música matemática astrológica y los números mágicos tienen la culpa de que fluya la comunicación en tu dirección , para reforzar aquello que olvidas y demostrar que son conexiones cósmicas ajenas a la ignorancia imperante y a la impertinencia de los seres inferiores, las que gobiernan el discurrir de la existencia y los lazos entre las mentes sin que nada ni nadie lo pueda evitar, como nada evita las reacciones químicas o el movimiento de los astros, fuerzas al fin y por fortuna ajenas a la disposición de los mortales. Cuántos recuerdos, cuántos viajes y excursiones, cuántas copas, cuántas conversaciones, cuántas noches y confidencias pueblan nuestra historia de años, sin que nada ni nadie pueda borrar los hechos acontecidos grabados en la piel y en la mirada en el pasado, patrimonio exclusivo de quienes compartieron estos momentos que construyeron su persona. Parcelas de vida imborrable e incompartible, que alcanzan su esplendor, si siguiendo la sabiduría ancestral y popular, entendemos que cualquier tiempo pasado fue mejor… Hago llamada a la gratitud, a la memoria, a la reflexión, a la corrección de la banalidad en aras de contribuir a un mundo mejor, menos simple y más solidario, que fomente el crecimiento y los buenos sentimientos en detrimento de la ignorancia y la maldad inútiles. Llamo a la lucha contra la mezquindad, el marujeo, el cotilleo, la envidia, los celos, todo cuanto se aparte de la esencia que debería conducirnos a no perder el tiempo finito que tenemos en desencuentros y batallitas idiotas, que impiden disfrutar del esplendor de las personas y de los momentos con alegría, generosidad, risas, ayuda, solidaridad, ternura, lealtad, fomentando el equipo y no aislando y dividiendo... Eduquémonos nosotros y eduquemos a los otros, es una responsabilidad sobre todo de los privilegiados cultos y formados, de quienes han viajado, vivido y superado adversidades en solitario, de los maduros. No hagamos la ola a la estupidez por ningún motivo, ni toleremos que crezca la ruindad y el culebrón ni dentro ni cerca de nuestras vidas, bajo ningún concepto. Defendamos sin miedo la nobleza y la consideración. No las sacrifiquemos ni las ocultemos por interés alguno, el miedo a sentar las reglas del juego pasa factura y destruye el respeto. El orden ético debe comunicarse y defenderse sin concesiones.

Polvo de estrellas formadas del recuerdo de tu risa, de tu tacto y de tu afecto, iluminan esta noche y derraman su brillo sobre mi firmamento personal, que resplandece como aura positiva dibujando el contorno de mi cuerpo y de mi alma, haciéndome encontrar el caravansar en la ruta de la seda, para descansar tras esta larga travesía por el desierto y resguardar mis sueños para mañana continuar hasta Tombuctú, o hasta donde el mundo y sus rutas quieran llevarme disfrutando del camino!