lunes, 15 de diciembre de 2008

QUE NO NIEVE COCAINA EN NAVIDAD



Por mi profesión estoy en contacto con personas con diversas adicciones, una de ellas con gusto por la escritura, me regaló el escrito que ahora comparto con vosotros para explicarme su infierno cuando intentaba salir de las garras de la cocaína. Ella murió...

Por una Navidad blanca de nieves y no de cocaína, lanzo a la red con una lágrima, ésta carta dirigida a la que para muchos es la reina de las drogas, para provocar una reflexión tanto en los presos de sus encantos, como en los que sufren por los efectos del consumo de sus seres queridos, o simplemente son víctimas de su mera existencia:

ESCAPAR DE LAS GARRAS DE LA COCAINA

"Sí, cambias a quienes despacito logras seducir, los transformas de forma imperceptible, por aquello de que siguen durante bastante tiempo siendo funcionales y tolerantes con lo que parece solo un gastillo de más, que incluso se piensa se compensa con otras privaciones, por desgracia justo de cosas de las que nunca debería uno privarse o bien de las que sí, pero que constituían males menores. Entre las primeras, el alimento y la cultura, que descienden en la escala de necesidades y valores, entre las segundas, el alcohol sustituido a veces por agua, ya que tu la prefieres, o los caprichillos o caprichotes, que daban la alegría que aparentemente tu das ahora, con tus múltiples disfraces a modo de justificación y escondite para tapar lo malo que verdaderamente das, o mejor dicho lo bueno que quitas de modo sinuoso y ladino, avanzando sin prisa pero sin pausa al principio, y luego con más prisa y tendiendo a no conocer la pausa, salvo por razones de bolsillo o recuperación de la resaca que también produces, única tabla de salvación de algunos de tus clientes, de los que todavía están a tiempo de abandonarte con mayor o menor esfuerzo, peor el caso de los que ya no se ponen ni enfermos, porque ya lo están, aquellos con los que compartes todos sus días, adaptándose sus naturalezas a tu presencia cada vez más intensa hasta descubrir un día que son tus prisioneros y, que ya necesitarán ayuda para quitarse tus garras de encima.

Quizá en este momento será tarde para remediar el agujero económico y peor aún el anímico, ese que para colmo de males te impedirá desde el cansancio, la apatía, el miedo, los dolores de cabeza, la falta de energía y la autocensura en su caso, remontar el bache en tus cuentas, por total desamor al trabajo, solo tolerable si en tu compañía excitante, en un estado irreal, con las capacidades en principio aumentadas y poco después descubiertas como alteradas y con alto riesgo por tanto de errar en las decisiones, equivocarse en la crítica, y sufrir derivaciones del pensamiento, culminando todo en la destrucción de la realidad y el peligro de caer en el vacío de la confusión existencial más enrevesada e ilusoria.

No te voy a negar que cuando no muy adulterada, tienes tus virtudes, sobretodo en los primeros tiempos, das vitalidad estimulando la actividad (que luego quitas por partida doble o triple), provocas buenas conversaciones (que comienzo a descubrir no dan con las palabras auténticas salvo en raras ocasiones), facilitas cualquier tipo de creación artística (peor de lo que parece después, vista con otros ojos), adelgazas (y envejeces mucho más acelerando la llegada de los signos de la tercera edad, empeoras la piel, arrugas el rostro, restas fuerza al cabello, te cargas la nariz por dentro, desbocas el corazón… ), y… bochornosamente vuelves inquietante la mirada, excesivos los movimientos, veloces las palabras, en resumen desquicias y al fin traicionas a los tuyos, mostrándolos descarnados en público, ya inútiles los tapujos, hasta que comprenden que tus rasgos los delatan de ya tan característicos y sabidos por todos, y entonces se ocultan, precipitándose hacía el fin, hacía un desastre mayor, disfrutándote ya en su soledad (por cierto en aumento con los días, alejándose por motivos varios no siempre sinceros de los otros…, distanciándose de la vida social que al principio fomentabas) quizá para evitar la censura, quizá para no tener que defender lo indefendible, quizá avergonzados en lo más íntimo y no queriendo engrosar la fila de los adictos, tenerse por uno de ellos, pese a que la lista es ya demasiado larga como para que socialmente sea motivo de descrédito o marginación, son muchos, muchos, los que coquetean contigo más o menos, y si ellos no, alguien muy cercano a su círculo. Así lo percibo yo, observando además que no le haces ascos a nadie, ni por edad, ni por sexo, ni por clase social, ni por profesión, ni por nacionalidad o raza, ni por tendencias políticas o religión, por nada, en eso has logrado que no exista discriminación, manda narices…

Si no fueras tan absorbente, si te dejaras disfrutar medidamente, si se te pudiera usar sin que tu llegases a dominar la situación, no serías tan mala, no más que cualquiera de las sustancias o brebajes que desde la noche de los tiempos usan los hombres para alterar sus estados, en búsqueda del placer, el relax, la investigación de si mismos y sus fronteras, o más profundamente la comprensión de los sueños o las respuestas a los grandes interrogantes y enigmas que nos persiguen desde los orígenes. Lo malo es que hoy y ahora, en nuestro mundo y tal como eres, solo es cierto que conduces a la mayor depresión posible y también indiscriminadamente, en conclusión, sin alarmismos y sin moralinas, lo mejor es olvidarte, vencerte la batalla, y lanzo la propuesta para que tus legionarios, los que todavía no están heridos de muerte, tiren de los demás que lo estén como puedan, con fuerza pero sin dañarlos, con paciencia y tolerancia, sin perder el ánimo ni la esperanza de salvarlos, curando sus lesiones con el bálsamo de nuevas alegrías y disfrutes, haciéndoles ver que es fuera de tu ejército donde brilla el sol y que tu eres la guerra en ti misma, una guerra que no conocerá la victoria, que no merece la pena, e igualmente habrá de transmitirse a los incautos que llegan a ti de nuevas, que te has pasado de moda, que no molas nada nena…"

VIDEO MUSICAL: ERIC CLAPTON, "Cocaine"

MAS DE LO MISMO PERO JUNTOS ERIC CLAPTON Y MARK KNOPFLER

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